"En la arquitectura estamos acostumbrados a seguir conceptos y a respetar programas. No somos artistas, no es de "a ver que se me ocurre". No. ¿Cuál es el concepto y cuál es es propósito? ¿Es factible realizarlo en las condiciones en que vivo? Eso es."
Pedro Ramírez Vázquez nació y murió el mismo día, un 16 de abril. De 1919 a 2013 creció y se forjó en México DF como uno de los arquitectos más representativos de la arquitectura mexicana. Su obra, plástica y exuberante, de líneas sencillas y ligeras de extrema elegancia, componen hoy un legado, perpetuado en las ciudades, en los estantes de las bibliotecas, y en el recuerdo de las personas.
Veía la arquitectura como herramienta de cambio de la sociedad, y por tanto, de servicio a la misma. Forma parte de esa generación de profesionales y artistas, a medio camino entre la ortodoxia de un movimiento moderno latinoamericano, y la libertad de la segunda generación moderna, ansiosa de la búsqueda de formas expresivas, alardes estructuralistas, e integración de las artes.
Su trayectoria de 94 años de vida y 70 de profesión, comenzó a orientarse cuando egresó de la Universidad Nacional Autónoma de México para estudiar arquitectura; universidad en la que además impartió cátedra como maestro. Fue presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos que se celebraron en la Ciudad de México en 1968, colaborando como diseñador de la imagen gráfica de los mismos. Fue presidente del Comité Olímpico Mexicano, ganador del Premio Nacional de Bellas Artes en 1973, Secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas desde 1976 hasta 1982. Fue fundador y primer rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, doctor honoris causa por varias universidades mexicanas. Fue Premio a la Vida y Obra en 2003. Pero sobre todo, fue Arquitecto y Estratega: un gran Urbanista.
“La arquitectura debe estar al servicio de los demás… nunca me he preocupado por hacer una arquitectura que se identifique conmigo…”
Su obra ocupa un lugar sustancial en el México moderno, como ejemplo de la búsqueda permanente de una relación espacio-forma, así como capaz de expresar su vocación de trascendencia en la historia de la arquitectura mexicana. Con proyectos como el Coloso de Santa Úrsula (Estadio Azteca), el Museo de Antropología e Historia, la Nueva Basílica de Guadalupe, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, la embajada de Japón en México, la Torre SRE Tlatelolco y la Torre AXXA, Pedro Ramírez llegó a ser un ícono de la arquitectura mexicana, transmitiendo un sentimiento nacionalista de manera de convertir su obra en arquitectura de servicio. Es así como deja atrás el querer crear arte y recibir cierto reconocimiento por ello y expresa que “… ser útil es la más alta aspiración de todo ser humano.”
Este año la exposición 'Latin America in Construction' del MoMA incluyó cuatro de sus proyectos:
1. Aula Rural, Triennale di Milano, Pedro Ramirez Vázquez | 1960
2. Museo de Ciudad Juárez, Pedro Ramirez Vazquez | 1963 | Ciudad Juárez, Chihuahua
3. Museo de Arte Moderno, Pedro Ramirez Vazquez y Carlos Mijares Bracho | 1963 | México, D.F.
4. Museo Nacional de Antropología e Historia, Pedro Ramirez Vázquez y Rafael Mijares | 1964 | México, D.F.
Revisa los proyectos de este magnífico arquitecto mexicano a continuación.
Clásicos de Arquitectura: Torre SRE Tlatelolco / Pedro Ramírez Vázquez
Clásicos de Arquitectura: Basílica de Santa María de Guadalupe / Pedro Ramírez Vázquez
Clásicos de Arquitectura: Torre AXA / Pedro Ramírez Vázquez
Especial: Pedro Ramírez Vázquez / Vida y Obra
Guía de proyectos mexicanos modernos en la expo 'Latin America in Construction' del MoMA